viernes, 30 de abril de 2010

Esperaba que el amigo no desapareciera en el centro del puente que comunica a Deseo con Confianza, pero se perdió. Esperaba que siguiera ahí de pie mirándome, que no se alejara del sitio que siempre le ha correspondido como pionero en amistades de hace mucho tiempo. Parece que el que me miraba tranquilamente era el del otro lado del puente, parece que no importaba otra cosa que las hermosas conquistas de poemas, buena música y buen sexo.

Yo esperaba más de tí, mucho más. Y no en el sentido al que le temes, sino en el verdadero. Esperaba que supieras lo mucho que te aprecio, lo mucho que te valoro, lo poco que espero de esto raro que tenemos ahora, pero lo mucho que necesito de una voz de aliento y de apoyo, de la simple conversación de la que hacemos uso.

Pero sabes qué?? mejor entrégame las mangas y así el deseo ya no tendrá que pedirme disculpas cada vez que hablamos, sino que el viejo amigo me hablará, que es quien debería hacerlo, si es que vuelve, o queda algo de él en el camino.

Ya me había dicho Álvaro que no hay que esperar tanto de la gente, porque asimismo te sientes descepcionado.

Hombre al fin y al cabo, debí saberlo.

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