domingo, 22 de mayo de 2011

La vida es muy rara.

Encontrarte yo aquí sentado en frente, hablándome de vida, de observar. Después de tantos años de haberte admirado con devoción pero con ninguna muestra de interés propio. Después de haberte sabido niño y buen recuerdo del pasado, un gran ejemplo.

Es raro esto que se siente de estar tranquilo y no estarlo al mismo tiempo. Por que confieso, anoche a tu boca y ahora por escrito, que no ví venir la pelota, que me golpeó fuerte y me dejó mareada, aunque digas que fue al contrario y pretendas hacer un juego de palabras con mis tips conocidos para el resto y desconocidos solo por mi.

Estas curiosidades de la vida son las que nos mueven finalmente, no?? y lo digo aquí, sentada desde mi silla del que que conoce pero no sabe.

sábado, 21 de mayo de 2011

A veces es difícil lidiar con cosas de papás y de mamás. A veces es difícil contentarlos, aunque intuyas qué es lo que está pasando. En días como este no estoy segura de quién consiente más a quién, si mi mamá a mi o yo a ella. En fin, comentarios sin sentido, y de todos los días. Estoy volviendo a mis malos escritos.

martes, 10 de mayo de 2011

No es algo que pueda quererse en un instante. No es algo que añores toda la vida y al final puedas disfrutarlo. Es algo que va naciendo con el tiempo y con los años, muy lentamente como si fuera un hijo que crece en tu vientre durante toda tu vida. Y luego, para cuando ya estás listo, para cuando ya todo se presenta y es la ocasión perfecta, entonces brilla desde el interior y llena todos los espacios conocidos, hasta descubrir poco a poco los nuevos rincones que no conocías en la oscuridad. Ahí está tu pequeño legado para quienes te recuerden. Y así tú, a través de esa luz, los recordarás a ellos, los amarás como nunca antes has amado ni amarás.

martes, 3 de mayo de 2011

Y como cuando te quise, hoy estoy pensando en tí. Recordando una historia, haciéndola parte de mi vida, integrándola a mi futuro, a manera de enseñanza.
Haciéndome amiga de mis soledades he aprendido a dejar ir los malos recuerdos. Hoy tomaría un café, pasearía por el centro, escogería una película que valiera la pena pagar la boleta y te invitaría al cine que nunca te atreviste a invitarme, empacaría mi maleta para comenzar un viaje, te escribiría otra carta, te enviaría un correo más para asegurarme que estás bien, incluso caminaría a tu lado por la playa. Ahora tengo las uñas cortas y escribo más cómodamente. Espero que permanezcan así por un tiempo prudencial y suficiente, no quiero comenzar a comerlas.