martes, 10 de mayo de 2011

No es algo que pueda quererse en un instante. No es algo que añores toda la vida y al final puedas disfrutarlo. Es algo que va naciendo con el tiempo y con los años, muy lentamente como si fuera un hijo que crece en tu vientre durante toda tu vida. Y luego, para cuando ya estás listo, para cuando ya todo se presenta y es la ocasión perfecta, entonces brilla desde el interior y llena todos los espacios conocidos, hasta descubrir poco a poco los nuevos rincones que no conocías en la oscuridad. Ahí está tu pequeño legado para quienes te recuerden. Y así tú, a través de esa luz, los recordarás a ellos, los amarás como nunca antes has amado ni amarás.

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