martes, 19 de junio de 2018

Frustración, días difíciles, de quejarse, de dolores, de sinsabores

Pelos, no tener empleo, no tener dinero, no tener un buen presidente, no tener paciencia, no tener certezas, no ser tan rápida como esperaba
La vida la siento grande por estos días, las expectativas siempre tumban el ánimo de quien las acaricia, siempre hay un vuelco en el destino que nos toma de sorpresa aunque "estemos preparados". Siento rabia por saber tanto y poder tan poco, siento rabia por tener oportunidades y no poder aprovecharlas, rabia por esperar tanto, por no tener conciencia o entereza o yo qué sé, por soñar tanto, por querer tanto...
No sé bien si es que no me enseñaron a perder... Me siento perdida, desesperanzada... Nadando río arriba... No quiero llegar moribunda a mi meta, necesito una iluminación, necesito que Dios me saque de este hueco en el que me encuentro hoy, necesito una oportunidad tomada, de esas que le cambian a uno la vida para bien, de esas que son milagrosas porque las que he creído tener en mis manos han escapado por entre los dedos... Es como si la vida me gritara: mira bien lo que necesitas y disfrútalo ¡porque no vas a poder tenerlo!
La ilusión del control, de la neurolingüística, el sueño de las metas, la utopía de las realizaciones
La vida siempre te muestra tu puesto, como decían los egipcios... Así es el equilibrio cósmico. No es justo o injusto, solo es y no dejará de serlo
Curvas, freno de mano. El carro no se alcanza a voltear pero cuando el camino vira sin avisar la inercia tiene más fuerza...
Aún la madurez de este piloto no tiene la experiencia o la instrucción suficiente para adaptarse al cambio, pero sigue allí, sentado, concentrado mirando la carretera, tratando de ver y entender las señales, tratando de decidir el mejor camino, el más agradable, el más tranquilo, pero no lo conoce, no sabe qué espera al final de la siguiente curva.
Solo espero que la causalidad lo vaya llevando a donde necesita ir sin poder saberlo. Y espero, eso espero