lunes, 27 de diciembre de 2010

Y tiendo ahora a escribir porque si, porque en estos días únicamente me he dedicado a mi familia y en algo a los amigos. Hoy por fin estrené mis patines. No me caí, aunque lo evitara y lo intentara al mismo tiempo; supongo que quería recordar algunas de mis cicatrices provocadas por el exceso de energía cuando era niña de verdad.

El alma tranquila y el corazón espeso.

Extrañándote Ana, extrañándote pero amándote como siempre. Feliz por tu partida hacia arriba del fondo que tocaste por algún tiempo (no importa qué tan definitiva sea). Pero yo, yo estoy sentada en un limbo temporal, en el que quieres pero no debes, debes, pero no puedes, o puedes, pero definitivamente no quieres. Disfrutando de pedacitos de amor que aparecen en uno y otro rincón de la ciudad, sin esperar mucho, sin dar tampoco tanto, porque no creo estar lista para agrandar otro poquito el hueco del que nos hablaba silvi algunas veces. Tu también partes, bella; finalmente logrando tu sueño obsesivo de ir al sur. Ah, y tu niño te espera.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Amigo tu??
Amigo el que escucha, amigo el que abraza, amigo el que se te pasa por la vida dejando huella, amigo el que hace que lo recuerdes, amigo el que enseña, el que aprende, amigo el que toma tu mano sin miedo a caer o a que caigas, amigo cuando sientes cosquillitas en el estómago antes de verlo, y sí es amor, amor puro, amigo el que pone el hombro y el que lo pide, amigo el que se equivoca y te deja equivocarte, amigo el que te recoge con cucharita cuando estás cansado de la vida y de las multitudes, cuando aceptas tus errores.
Y pensar que quiero tirarte sobre la cama, sujetar las muñecas y tocar cada céntimo de tu piel envenenada

sábado, 4 de diciembre de 2010

Escarbo tu vida pedazo a pedazo y no encuentro la mía. Se perdió en algún punto entre la carta y la torta de chocolate. Mientras eso me la he pasado dando vueltas entre camas y bocas para evitar el recuerdo de la inminente negativa de tu boca a dormir en mi cama, pero sobre todo la negativa a regalarme tus palabras.

Los besos, esos puedo encontrarlos de muchos colores y sabores, en muchas bocas, y también las camas, que siempre abren sus piernas y cobijan con sus sábanas las primeras horas de la noche, aunque admito que no hubo mejores manos que dibujaran mi cuerpo.

Pero tu boca, esa no puedo verla sino en tu cara, esa no puede sino contarme tu vida y tus historias, mostrarme tus canciones y dejarse mirar mientras habla. Así que sigo tratando de ver tu vida en la mía para conservar el recuerdo que tengo de lo que fuiste antes de entrar en mi cama.