miércoles, 16 de noviembre de 2005


Porqué me huyes, porque me mientes, porque me evitas...
Porqué solo puedo decir lo siento cuando ya nada puede hacerse al respecto, y aunque lo hiciera ya no basta. Te quedaste metido aquí, yo busco por dentro hasta el fondo y no encuentro más que escombros vacíos, alguno que otro recuerdo con espinas por dentro, siempre con ese sinsabor que los caracteriza, y por más que lo intente, no puedo ni quiero dejar de pecar.

Los días siguen y el viento es y seguirá siendo cada día más helado, y no lo es por el calentamiento global, es por la energía que inunda las almas tratando de hacerlas duras y fuertes cada vez más, y mientras tanto nosotros estamos aferrados a momentos olvidados por el tiempo, y nos volvemos curvos, y nos da mal aliento...

Rezar no basta, a veces no cuando todo está perdido, y a veces si ... cuando nada se ha ganado ...

Cuántas veces intenté susurrarte al oído todas esas cosas que pasaron por mi cabeza y yo me quedé quieta, te miraba y me decía: escúchate, eres una loca empedernida... y finalmente nunca decía nada, hasta que terminé por no pensar, solo para no correr el riesgo de querer decírtelo, ... muchas veces lo logré.

Y aún hoy recuerdo las noches que dijimos nunca, y hasta en las que quise besarte y no lo hice, solo por que faltaba tiempo, solo porque sobraban tapetes rojos y gente con pañoletas que destiñen, solo una vez fueron amarillas; también recuerdo las noches en el parque, cuando con la mirada me decías lo siento, y con tu misma boca me decías te quiero, y así juntos por el parque, con los dedos enredados y hablando de cosas sin detalle, me mirabas fijamente, y en ese pequeño carro al que le suena la pintura me decías no se qué que me hacía estar nerviosa. Hoy estoy aquí sentada escribiendo todas estas cosas, que si las lees con detenimiento sabrás que son todo y nada al mismo tiempo, que te quiero y te quise, ...y te seguiré queriendo...

1 comentario: