Entre tanto veo el oscuro de tus ojos
y tu risa que nunca se me esconde,
del suave aliento y otra vez la calma
y el camino abierto y el aire de fuego.
Con la piel del rayo de tu ser
que vuelo irremediable juego cierto,
alivio de asombro en el deseo
y una lluvia inmensa en nuestras caras.
Carlos Alberto Ramírez Hastamorir
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