sábado, 23 de octubre de 2010

Déjame ver tu linda fantasía. Tus colores, tus olores. Quiero perderme en tu risa y vagar por tu mirada. Como si la luz de un ángel me diera las alas para volar a tu alrededor y cuidarte. Porque ahora solo queda la brisa que se está llevando tu aroma, el calor que se disipa con el ambiente. Debo dormir un poco para poder desentrañar todo esto que llevo dentro, para evitar sucumbir al miedo de perderte, para evitar reproducir lo que me has hecho sin siquiera darte cuenta. Con un silencio sepulcral, como el negro de la noche sin la luz de la luna, con ninguna estrella. Ya no veo nada. Ni a tí. Ni a mí.

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